martes, 14 de septiembre de 2010

TODO COMENZÓ UN BUEN DÍA...

Todo comenzó un buen día...
La historia que os narro es tan cierta como que yo soy promotora en un centro comercial de mi ciudad natal.

Como digo, todo comenzó un buen día en el que fui a una entrevista de trabajo. Allí me dijeron que buscaban una promotora agresiva en la venta para una importante firma nacional en un stand de un centro comercial,y que yo, al venir de la venta directa (o sea, ir llamando de puerta en puerta para vender productos del mismo sector) y presuponerme un saber hacer con los clientes que luego han comprobado que tengo al ser la promotora de mi zona que el pasado mes de Julio pasó con mejor nota la prueba que nos ponen mensualmente y luego se remunera de forma interesante y gratificante para nosotras, encajaba perfectamente en el perfil que buscaban, aunque tenían otras entrevista, y que a priori, yo era la mejor candidata. Por mi parte, les dije que sí que soy bastante agresiva en la venta, que le echaba muchas ganas y que me encanta ser comercial y tratar con los clientes.
Les expliqué un poco, con detalle, para qué empresas había trabajado anteriormente y el puesto- función que había desempeñado y cuál había sido mi experiencia. Me chocó la pregunta de "¿qué ha sido lo más raro que te ha pasado en la puerta fría?", a lo que yo les narré mi experiencia con el adorador satánico que me encontré no recuerdo dónde, pues con la empresa que trabajaba antes he recorrido medio mundo, he llegado a ir incluso a pueblos perdidos que nadie conoce, pero el capítulo satánico lo dejaremos para otra ocasión.

A las pocas semanas me llamaron de mi actual empresa diciéndome que había conseguido el puesto y que enhorabuena, a lo que yo, amablemente, les dí las gracias y pensé "bueno, no va a ser el trabajo de mi vida, pero al menos, engaño un poco a la crisis." La crisis. Ese ente extraño que a algunos les hace tanto daño y a otros tan poco...
Al poco tiempo, me llamó el que hoy sigue siendo mi jefe para decirme que necesitaba un curso de formación, y que allí me dirían quién es el cliente para el que trabajaría.

Tras realizar un magnifico, pero breve, (unas 3 horas) curso de formación en el que me dieron a conocer el producto que yo iba a vender, ya que según mi jefe "conocer el producto que vas a vender es fundamental para el éxito de la empresa", y hacerme un lío tremendo con tantísima oferta de sopetón (memorizar un montón de ofertas y productos sin tratarlos, al tiempo que intentas más o menos hacerte con un programa de gestión que nunca has visto y que no verás hasta que empieces a trabajar, es un poco complicado) me dieron el uniforme y a los tres días me soltaron en un lugar que para mí era muy misterioso al principio, La Gran Superficie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario